La sumisa, el lugar. Practical flogging | guia BDSM
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Cualquier sumisa sin problemas fisicos que desaconsejen una sesion SM, es susceptible de ser sometida con el latigo. Aquellas de piel muy blanca, con tendencias a las varices, con dificultades de cicatrizacion, con epidermis extremadamente sensible, o de extrema delgadez, deberian prescindir del mismo, o en todo caso ser tratadas teniendo en cuenta esos extremos: en ellas las marcas producidas seran mas rapidas en aparecer y mas lentas de borrar, la posibilidad de llegar al trazo duro con rotura de la epidermis externa, sera mas factible, y las consecuencias, mas severas y complicadas.
Una sumisa embarazada, obviamente, nunca sera golpeada en su parte ventral. Y en todo, absolutamente en todo, se debe seguir la filosofia del sensato, seguro y consensuado. Yo, particularmente, y de forma muy especial en todo lo relativo al uso de latigos clasicos, aconsejo tambien que se haga teniendo en cuenta el mensaje RACSA: el uso del latigo en un azotamiento, implica determinados riesgos que han de ser conocidos, sopesados y en su caso aceptados por ambas partes. Siempre, siempre, siempre, desde el conocimiento y el sentido comun.
El lugar
Cualquiera que reuna las condiciones minimas: un radio libre en torno al dominante de unos 2,5 a 3 metros, en uno de cuyos bordes se hallaria la sumisa. Si se trata de dos o mas sumisas, conviene que esten unos dos metros separadas una de otra. Los golpes son muy audibles, y sus efectos pueden serlo aun mas. Interesa tener esta cuestion clara, antes de usarlo en un edificio de viviendas sociales con las paredes de cuasi-papel. Una mazmorra casera o profesional al uso, como suelen ser pequenas, dificilmente permitira a un no-experto el uso de latigos largos.
Con independencia de lo plastico que pueden resultar escenarios de lugares abandonados, bosques, y demas, se debe evaluar las necesidades de higiene en un lugar en el que puede producirse pequenos hematomas y “picotazos” con algo de sangre. Un botiquin es siempre conveniente, como en cualquier sesion SM: vendas, tijeras, mercromina, tiritas, linimento, alcohol, crema deportiva, esparadrapo.
Teniendo presente el anterior parrafo, lugares como antiguas carceles, sotanos industriales, edificios (iglesias, hospitales, comisarias, etc.) abandonados y en ruinas, son naturalmente un festin visual y sensitivo durante una ceremonia iniciatica de flagelacion, por ejemplo. Es recomendable prevenir de forma excluyente la interrupcion por extranos, naturalmente.
Lo mismo atane en el caso de los bosques: los de alamo suelen ser los mejores, y el atado de la sumisa al tronco de uno grueso (bien abrazandolo con el cuerpo y atando luego munecas y tobillos entre si, bien con la espalda apoyada en dicho tronco y manos estiradas hacia atras), alterna su conveniencia con el atamiento en cruz entre dos de ellos, con tobillo y muneca de cada lado atados a la parte baja y media de cada arbol, respectivamente.
Estos escenarios, anaden al caracter morboso e inquietante de los exteriores, la facilidad relativa del uso de latigos largos y extralargos (salvo en los espesos bosques nortenos, por ejemplo), una especial identificacion magica con un escenario relativamente salvaje.
Naturalmente, un escenario ideal seria la casona del tipico senor rural, de siglos pasados, con un buen establo y la natural pequena pradera delantera, donde se acostumbraba a domar a las caballerias. Permite no solo el uso de latigos extra largos, sino multiplica las posibilidades de las interacciones, como pude comprobar yo mismo no hace mucho tiempo, durante una intima celebracion en la que pude asistir tambien la magnifica actuacion de uno de los invitados, buen amigo y maestro de dicho Arte, y de su bella sumisa. Las vigas interiores de aquellos antiguos establos, ofrecieron igualmente un bello escenario para la flagelacion de sumisas.