Cuidados y conservacion | Practical Flogging

Por ello conviene tratarlo cada cierto tiempo con algun producto para el mantenimiento del cuero en los latigos, hay docenas en las tiendas especializadas en deportes equinos en forma de cremas o geles, aunque tambien puede usarse cremas para el cuidado de la piel.

En teoria se trata primero de reponer la grasa propia del cuero, que durante la elaboracion del latigo se ha perdido. Y para ello, nada mejor que usar grasa animal, que siempre sera lo mas cercano, quimicamente hablando, a las sustancias perdidas. Pero lo mas sencillo y barato es una buena crema de calzado, como las que se usan para limpiar y proteger las botas de piel o de ante. Mezclas sofisticadas –grasa de caballo, mezclas de aloe vera y grasa animal, etcetera – son mas aptas para gourmets exquisitos, y dificilmente apreciables en sus diferencias de resultado para los efectos que aqui tratamos de conseguir. Eso si, siempre usar una porcion minima, en todo caso, y nunca aceite mineral o vegetal. En esto, el exceso puede ser mas perjudicial aun que la ausencia.

Para comprobar si tu latigo de piel esta demasiado seco, pasa la mano suavemente en todo su largo: el simple tacto determinara que partes estan bien lubricadas, y por lo tanto se sienten como si pasaras la mano por tu propio cuerpo, y cuales no. Y nunca, repito nunca, uses cremas o similar en los primeros 20 centimetros, en el mango: la grasa que tu mano desprende de forma natural, basta para mantener esa zona en perfecto estado. Por el contrario, la parte que mas se seca es la que con mayor frecuencia y con mayor velocidad rasga el aire: la punta. Ahi debes concentrar el trabajo de lubricacion.

No se debe mojar nunca, y es preciso limpiarlo cuidadosamente de cualquier liquido que le haya llegado: agua de lluvia, sudor, liquidos corporales, etc. Para ello vienen muy bien las cualidades hidrofugas de ciertos productos para el mantenimiento de las pieles curtidas. Salvo situaciones determinadas, una aplicacion seria cada seis meses deberia bastar para mantener la flexibilidad de un latigo ya ablandado y de uso no diario. El abrillantado subsiguiente, se obtiene, si procede, igual que con las botas de cana: frotando con un pano de algodon suave o gamuza ad hoc.

Recordemos asi mismo la posible conveniencia de usar un determinado latigo, unicamente con una determinada sumisa: aunque los virus del AIDS, por ejemplo, mueren a las escasas horas de permanecer al aire, otros muchos focos infecciosos, aunque de menor efecto, no lo hacen tan rapido. Y es muy, pero muy dificil limpiar y desinfectar con absoluta precision un material organico como es la piel, salvo que se posea un pequeno autoclave especial: si el latigo es de materiales inorganicos (goma, etc.), se puede desinfectar con bastante facilidad, tras su uso. Cualquier jabon o liquido bactericida sirve, procediendo luego a un buen secado con un pano limpio. Sin embargo, los habituales latigos de cuero entrelazado pueden y deben limpiarse, pero son absolutamente imposibles de desinfectar totalmente con los medios que un ciudadano “normal” tiene a su disposicion. El uso de preservativo en los mangos que vayan a ser usados como masturbadores, plugs o dildos, puede mejorar esa situacion, pero siempre permanecera un riesgo residual.

Y por ende: no se cuida igual un latigo de sexshop de 9 euros (como el de la fotografia derecha) que la joya de un artesano australiano de 490 euros, la que aparece en la fotografia izquierda (si bien los hay que llegan hasta los 1.500 euros, aunque encuentro injustificado dichos desembolsos si uno no es un profesional finalista de la Competicion Anual Mundial del Latigo Olimpico). Por cierto: ambos se venden en la misma firma especializada de Berlin: no hagan ni caso de los supuestos gurus del latigo, casi siempre permanentemente embobados por la tan poco latina tradicion anglosajona.. Siendo sensato, lucido y modesto en las pretensiones, no hace falta ni aprender ingles, ni entrenarse en la Indiana Jones School for Dominants, ni gastarse una fortuna para practicar el Arte de la Flagelacion.

El “ablandado”: el latigo, una vez confeccionado, no posee aun todas sus caracteristicas deseables. Para ello, debe ser ablandado, debe ser usado, es decir se le dota mediante un uso definido de su flexibilidad final, dado que tras el entrelazado manual que se realiza en su fabricacion, queda excesivamente duro, rigido, y a veces incluso sin brillo. El ablandado podria equivaler al rodaje que, sobre todo antiguamente, se le hacia a los automoviles nuevos. Sin ello, el latigo funcionara… pero no alcanzara todo su poder, todas sus revoluciones.

Ocurre como con las pipas nuevas, a las que se pre-fumaba por encargo de un Senor, tarea que acometia generalmente un siervo especializado en ello (el sabor de una pipa no fumada, cuando se quema en ella el tabaco, es ligeramente amargo, si, ademas, no se hace tomando ciertas precauciones y en cierta forma, para que se vaya formando una ligera capa de madera carbonizada en su interior, la pipa, por muy arrebatadoramente perfecta que sea, queda inservible para toda la vida, al menos a los ojos de un sibarita.) De la misma manera, algunos Senores victorianos de gustos “exquisitos”, encargaban a un capataz que “ablandara” un latigo nuevo y especialmente delicado, usando naturalmente para ello las espaldas esclavas de la plantacion, antes de que el Senor lo usase en sus escapadas nocturnas.

El ablandado o suavizado de un latigo de competicion o profesional, es tarea delicada y excede quizas el marco de este trabajo. Para esta tarea, recomendamos releer el capitulo dedicado al mantenimiento de la lubricacion del latigo.

En general, puede decirse que una buena manera de suavizar un latigo previo a su uso

“normal”, seria durante unas dos semanas, diariamente, practicar suavemente durante unos 5 minutos con restallidos en el aire o contra algo blando (almohada vieja, por ejemplo) de forma muy leve al principio y en crescendo segun pasan los dias. Despues de eso, se aplica una pequenisima porcion de crema especial para botas de piel, o en su defecto una crema hidratante barata y no grasa, (pero nunca, nunca, un aceite organico o vegetal) y se masajea con delicadeza y en sentido longitudinal y rotacional. Al dia siguiente, se retiran cuidadosamente los restos de crema que hayan podido quedar (no deberian) con un pano seco de algodon o una gamuza, se aprovecha de nuevo para estirarlo, y vuelta a empezar. Al cabo de un par de semanas, el latigo estara listo para mostrar todas sus capacidades.

Reponer la azotera y la triza.

Hay muchas maneras de reponer una azotera rota o desgastada o esteticamente lamentable. No tengais la menor duda: por perfecto y profesional que sea el latigo que habeis adquirido, por experto que sea vuestro conocimiento, la unica manera de evitar que esto ocurra en relativo poco tiempo, es que nunca lo useis.

En realidad, ese precioso sonido que ois, el restallido, significa que la parte final o triza de vuestra azotera, ha roto la barrera del sonido. Y esa rotura implica SIEMPRE un poderoso desgaste del material. Que os recuerdo que no es de titanio, ni de aluminio espacial: es un pequeno trozo de simple soga o de cuero. Y si vuestro latigo no esta concebido para eso, el golpear con su parte mas distal sobre superficies varias, sin duda perjudicara seriamente su punta, de igual manera. La imagen de la derecha muestra un repuesto de triza, tal y como se venden en los establecimientos de los puristas del latigo. El precio: entre 25 y 35 euros.

Asi pues, el reponer triza y azotera, forma parte de los cuidados habituales para quienes no podemos o queremos llevarselo a un buen curtidor especializado en latigos y confiar en su trabajo. Otra alternativa, desde luego, especialmente si lo usais muy poco y ademas teneis buenos ingresos. Para todos los otros casos, estan las docenas de formas de reponer una triza en autotrabajo.

Esta que os voy a mostrar es tan solo una de las mas simples, pero efectiva. Puede parecer que el metodo es basto, pero podeis estar seguros que incluso en latigos largos de mas de tres metros, asegura un correcto funcionamiento y un espectacular sonido, amen de una fuerte union. Se remata a placer con un hilo apropiado enrollando azotera y cuerpo o lonja juntos. Azotera y triza:

Partimos de un cordon (por ejemplo mezcla de algodon y nylon, nylon puro, cordon de cuero artificial, tira de piel, etc.), que retorcemos cuidadosamente sobre si mismo, pasando un extremo sobre el otro 8 o 10 veces, una vez enganchado de su centro en un punto estatico, por ejemplo el pomo de una puerta, dejando un ojal inicial donde lo hayamos centrado, y anudando el final firmemente, deshilachando a partir del nudo los ultimos 3-4 centimetros. El conjunto, colocado suelto sobre una superficie plana, debe permanecer en linea recta, sin tensiones extranas que lo hagan retorcerse, algo que demostraria que hemos realizado mal el torcido inicial.

El largo dependera del tamano del propio latigo y del efecto latigo que queramos conseguir, pero es facil llegar al ideal por medio del “hacer y probar”. De 10 a 15 centimetros sirve como prueba inicial para la azotera, lo que implica en este caso que el trozo debe medir originalmente al menos 25-35 centimetros. Siempre podemos cortar el sobrante antes de emplear la azotera.